Soy la tercera ola.

Rebecca Walker

– En referencia a la necesidad de un activismo continuo, la declaración de Walker en 1992 marcó el comienzo de la tercera ola del feminismo.

Cuando no puedes encontrar a alguien a quien seguir, tienes que encontrar una manera de predicar con el ejemplo.

Roxane Gay

El feminismo es para todos.

bell hooks

– Destacando la inclusividad e interseccionalidad del feminismo.

Tenemos que dejar de creer en el mito de la igualdad de género. Todavía no es una realidad.

Beyoncé

Las feministas hacemos el trabajo de la justicia social, y ese trabajo beneficia a todos.

Jessica Valenti

Si te encuentras en el camino de múltiples formas de exclusión, es probable que te golpeen ambas.

Kimberlé Crenshaw

– Sobre el concepto de interseccionalidad.

No soy libre mientras una mujer no sea libre, incluso cuando sus grilletes sean muy diferentes a los míos.

Audre Lorde

El verdadero problema es que las mujeres tienen miedo de hablar porque temen represalias, discriminación o ser desestimadas.

Anita Hill

Ya no me harán sentir vergüenza por existir. Tendré mi voz: india, española, blanca. Tendré mi lengua de serpiente—mi voz de mujer, mi voz sexual, mi voz de poeta.

Gloria Anzaldúa

Todos deberíamos ser feministas.

Chimamanda Ngozi Adichie

Creo que es importante que no nos disculpemos por nuestra feminidad y nuestro poder.

Margaret Cho

No hay una identidad de género detrás de las expresiones de género; la identidad está constituida performativamente por las mismas ‘expresiones’ que se dice que son sus resultados.

Judith Butler

Cuando la gente dice ‘Estás siendo política’, casi siempre es un intento de silenciarnos.

Laverne Cox

Cada vez que una mujer se defiende a sí misma, defiende a todas las mujeres.

Maya Angelou

Si no soy yo, ¿quién? Si no es ahora, ¿cuándo?

Emma Watson

– De su discurso en la ONU en el que lanzó la campaña HeForShe.

¿En qué ola comienza la sexualidad femenina?

La sexualidad femenina es un tema que ha acompañado a la sociedad de diferentes formas a lo largo de la historia. Por supuesto, la biología y los instintos naturales del ser humano son un aspecto a considerar; sin embargo, la sociedad ha moldeado la percepción y vivencia de la sexualidad en la mujer. 

Si queremos entender en qué ‘ola’ comienza la sexualidad femenina, primero es necesario considerar el contexto de la historia de la humanidad; es decir, no solo con la primera olfateada, sino con la lupa de distintos movimientos a lo largo de los siglos que han influido en la forma en que la mujer entiende, expresa y vive su sexualidad. ¿Comienza la sexualidad femenina con la primera ola feminista? ¿La segunda? ¿O el despertar sexual de la mujer ha estado por siglos latente? Veamos.

La sexualidad femenina en las sombras: el período antes de las olas

la historia, la sexualidad femenina fue un tema en lo que respecta al silencio, la represión y, a menudo, la vergüenza. En tiempos pasados, el cuerpo de la mujer estaba sujeto a reglas sociales y religiosas que limitaban la oportunidad de manifestarse. La mujer, también en Occidente, estaba destinada a ser un ser pasivo cuya sexualidad cancelaba el deseo en sí y que, salvo en el caso del matrimonio, solo permitía la procreación. 

Los pensamientos abiertos sobre los deseos sexuales femeninos condenaban tabúes y la idea de una mujer que disfrute del acto estaba en un nivel casi desconocido. A lo largo de las civilizaciones griega y romana, las mujeres fueron protegidas de la conversación sobre el placer sexual. 

Si bien se criaron algunas mujeres como hetairas en Grecia o cortesanas en Roma, parecían figuras de excepción. Por lo general, la mujer sufrió la educación para convertirse en madre y esposa, y renunció completamente a compartir su sexualidad a los deseos del deseo masculino.

Primera ola feminista: ¿un despertar sexual tímido?

La primera ola del feminismo, cuyos albores datan del siglo XIX y de las primeras tres décadas del siglo XX, fue principalmente acerca de los derechos humanos básicos de las mujeres, como el derecho al voto, la educación y el empleo. 

La sexualidad femenina asertiva todavía no era una prioridad. A pesar de esto, algunas pioneras del feminismo desafiaron efectivamente las normas sociales al respecto del cuerpo de la mujer. Por ejemplo, una de las feministas fue Margaret Sanger, quien abogó por el derecho de las mujeres humanas de control de la concepción y a la educación sexual de las mujeres. 

En efecto, su trabajo ha hecho que sea mucho más fácil para las mujeres determinar qué quieren hacer con sus cuerpos y con sus habilidades reproductivas. A pesar de que la primera ola no era sobre el placer sexual del cuerpo femenino humano, simplemente el hecho de permitir que las hembras humanas hagan elecciones sobre si quieren o no dar a luz y cómo quieren administrar sus capacidades reproductivas era un gran avance.

La revolución sexual y la segunda ola feminista: el despertar total

La verdadera revolución tuvo lugar con la segunda ola feminista, entre los años 60 y 80 del siglo XX. En ese momento, las mujeres no solo lucharon por la igualdad de derechos sino también por sí mismas y por su derecho a disfrutar. 

La historia también ha hecho su parte: a mediados de los 60, se desarrolló la idea de la píldora, que permitía a las mujeres controlar sus habilidades reproductivas a un nivel muy alto. Tan pronto como las damas obtuvieron una oportunidad para excluir completamente el embarazo no deseado, se dieron inmediatamente cuenta de una cosa: realmente quieren disfrutar. 

Además, la cultura underground y la revolución sexual hicieron todo lo posible para desembarcar a las personas del tren correcto: pronto hubo un fuerte énfasis en la experiencia y la negación total de cualquier cosa que existiera. Fuentes concretas de héroes de tiempo libre, como Betty Freidan y Simone de Beauvoir, que comenzaron a decir todavía temprano en el destino de la humanidad que todo esto es terrible y que el patriarcado ha hecho pedazos la sexualidad de las mujeres. A Isadora Duncan le gustaba hablar sobre la relación entre la mística y las mujeres de la femineidad, y el amigo de Jean-Negot dijo que la explotación sexual es un reflejo de ser explotada en todas partes.

Mientras tanto, si la primera ola levantó a las mujeres a expensas de un lugar de la vida, uno de los más altos que es conocido precisamente porque es un ámbito de la vida, la segunda afectó la experiencia. Ambos consideraron no tanto el “poder” de algunos valores como la experimentación, sino la “liberación” sino la “liberación” de la experiencia: una mujer puede y debe disfrutar sin sufrir mala conciencia. 

Los genotipos llevaban consigo otro fenómeno nuevo: en forma privada, se acercaron a dos conceptos que antes se conocían solo como conceptos contradictorios; la mujer y el deseo. La conceptualización del placer de la mujer corrió paralela a la eliminación de los mitos de la pasividad de la mujer.

La tercera ola feminista: sexualidad, diversidad y autodefinición

Si la Segunda Ola abrió la puerta al deseo sexual de las mujeres, la Tercera Ola la abrió más ampliamente. A comienzos de la década de 1990, la Tercera Ola se caracterizó por la diversidad y la afirmación personal en torno a la vida sexual. Se sintió fuertemente visible en los llamados derechos a la autodeterminación sexual. 

La pluralidad de experiencia es más poderosa que una sola equivale a una activista feminista. En lugar de hacer que una mujer haga algo razonable de elecciones, deja que las mujeres elaboren sus propias decisiones, ya sea de amigos monogámicos o liberales, amando o agregando algunas experiencias sexualmente más intensas en tus decisiones sexuales. 

Además del aumento de los defensores de los derechos de la munidad LGBTIQ+ también se han convertido en una fuente de influencia en la descripción de la libertad de los investigadores, a pesar de la heteronormatividad a expensas de los sentimientos cálidos y el espacio en general.

Cuarta ola feminista: el empoderamiento digital y el consentimiento

Finalmente, estamos viviendo lo que la mayoría de los expertos llama la cuarta ola feminista, que es esta era de activismo digital que conlleva el uso de redes sociales. 

El movimiento también ha contribuido enormemente a la conciencia del consentimiento, el acoso sexual y ha demostrado la importancia de la educación sexual inclusiva y respetuosa. Otro factor clave en esta ola era el movimiento #MeToo iniciado en 2017. 

Ha permitido que millones de mujeres en todo el mundo compartan sus historias de acoso y abuso sexual que están repletas de ejemplos de poder y control sobre cómo la vida sexual de las mujeres ha sido afectada. 

Esta ola también ha aumentado la conciencia sobre la diversidad sexual y la aceptación de cualquier forma de expresión de género. La feminidad ya no está restringida a las mujeres cisgénero, y las voces que ni siquiera estaban en el diálogo público ahora tienen un lugar en la mesa. 

La educación sexual también ha cambiado dramáticamente: a los jóvenes se les está educando sobre el respeto mutuo, el consentimiento y la equidad en las relaciones. Esto crea otra generación de mujeres que entiende la naturaleza de su sexualidad de una manera más libre y empoderadora.

El futuro de la sexualidad femenina: una conversación en constante evolución

El viaje hacia la liberación y la comprensión total de la sexualidad de las mujeres sigue en marcha. A medida que avanzamos cada vez más hacia una sociedad menos codificada por el género y la sexualidad, las mujeres siguen encontrando formas de reclamar sus propios espacios para explorar y experimentar su sexualidad de manera irrestricta. Si bien el futuro es brillante, debemos seguir educándonos y romper los estigmas que han persistido demasiado tiempo en nuestra sociedad. Al final, la sexualidad femenina es un viaje único y personal, y a todas las mujeres se les debe permitir descubrirla y vivirla como mejor les parezca.

Conclusión: ¿En qué ola comienza la sexualidad femenina?

Además de la historia de la feminidad y la sexualidad femenina, no se puede destacar un solo momento en el que haya comenzado. En cambio, se ha desarrollado gradualmente a lo largo de las etapas, avanzando y retrocediendo con los movimientos sociales, políticos y tecnológicos. Lo que parece, a cada paso, permanece igual, es que la sexualidad femenina ha sido restringida, controlada y malinterpretada anteriormente. 

Las diferentes olas del feminismo han desempeñado sus papeles vitales en empoderar a la Mujer en sexo, desde los primeros e inseguros pasos de la primera ola hasta el empoderamiento radical de la cuarta. Aún queda mucho por debatir y evolucionar sobre el tema, pero lo más importante es que las mujeres tienen el respaldo de definirla como mejor les parezca.