¿Qué son las normas ISO? Estas son directrices, o más bien reglamentos que las empresas siguen para garantizar una serie de beneficios, como productividad, prestigio, relevancia en el mercado, reducción de la contaminación y muchas otras. 

Son reglamentos que existen desde hace muchos años, y tienen la particularidad de aplicarse en diferentes instancias, siempre que las entidades o empresas que las apliquen tengan un alcance internacional. Por tanto, se pueden decir que las normas ISO son el estándar mundial.

Su creación se remonta a 1947 en la ciudad de Londres, Inglaterra, donde se reunieron más de 20 países para publicarlas por primera vez. Con el paso de los años, este “ente” fue tomando fuerza y sumando miembros, en la que actualmente operan 165 países y gozan de 22.000 normas. 

Importancia de las normas ISO

A partir de la pregunta, qué son las normas ISO, se pueden desglosar una serie de beneficios que definen la importancia del uso e implementación de estas reglas. Algunas de las ventajas que logran ofrecer son: 

  • Consiguen mejorar los procesos dentro de las empresas y potencian la productividad dentro de los entornos de trabajo. 
  • Permiten la mejoría del reconocimiento de una marca gracias a que funcionan como un sello de calidad que brinda prestigio aquello que lo porta. 
  • Garantiza que las prácticas con cobertura internacional se efectúen de manera segura, confiable y eficiente. 
  • Ofrecen acceso a licitaciones de carácter público que incitan al cumplimiento de las normas ISO establecidas. 
  • Como beneficio indirecto, las reglas o lineamientos ISO contribuyen con la preservación del ambiente. 
  • Permite crear espacios de colaboración y comercio entre empresas que estén certificadas. 

¿Cómo es posible obtener un certificado ISO? 

Muchas empresas que desean ganar los beneficios que implica el uso de las normas ISO se preguntan, ¿cómo obtener un certificado? Para hacerlo, es preciso que la empresa tenga claro el tipo de actividad y los fines de la misma. 

Luego, debe aplicar una de las normativas establecidas en este conjunto de reglas y prepararse para cumplir con los requisitos establecidos. Sin embargo, hay que entender que no todas las normas se pueden certificar, ya que algunas solo expresan formas de mejorar uno que otro aspecto específico. 

En este sentido, ahora la empresa debe adoptar una filosofía que debe seguir con meticulosa rigurosidad con el fin de que sea reconocido su esfuerzo. Es probable que, para ello, tenga que implementar mejoras, como el uso de tecnología y herramientas, que traen consigo un proceso de capacitación y reeducación de su personal. 

Finalmente, es evaluado por una entidad reguladora, que dirá si la empresa ha cumplido o no con las expectativas. Si la respuesta es positiva, recibe una certificación de las normas ISO.

¿Qué son las normas ISO 9000 y quién las emite?

Son lineamientos de alcance internacional que persiguen un único objetivo: La calidad en la gestión de las empresas. Dicho de forma sencilla, estas normativas fueron creadas para que las empresas sepan qué operaciones realizar con suma efectividad, logrando que la cadena de proceso se optimice cuantiosamente. 

En este sentido, y al tratarse de la calidad, se puede decir que las ISO 9000 son aplicables en cualquier tipo de empresa. No importa si es un negocio pequeño, una startup o una industria con muchos años de crecimiento, estas reglas son igualmente aplicables y en la misma medida. Tampoco importa la naturaleza del negocio que lleve dicha institución. Su norma más empleada es la 9001. 

¿Qué aborda la ISO 9001? 

Al estar dentro del conjunto de las normas ISO 9001, esta regla en particular ofrece a las empresas los pasos para que cumplan con un desempeño más adecuado. Es decir, que estos logren alcanzar las expectativas de los clientes y que, a partir de sus acciones, consiguen reflejar cierto compromiso de calidad. 

Por su parte, es una normativa que logra que las empresas cumplan con objetivos específicos como: 

  • Incrementa el nivel de calidad en los productos finales que ofrecen las empresas.
  • Hacer que los clientes logran un índice de satisfacción que supere los estándares actuales. 
  • Conseguir que los proceso sean más efectivos. 
  • A partir de la eficiencia de los procesos, lograr que abaraten los costos de producción.
  • La imagen de la empresa se ve beneficiada significativamente, ya que gana prestigio, respeto y admiración de los compradores y otras compañías. 
  • Dentro del efecto de las ISO, está el poder acceder a mejores oportunidades en el mercado.

Dentro de todo el universo que abarca las normas ISO 9000, la 9001 es la normativa en la que las empresas se enfocan para obtener una certificación. 

¿Qué son las normas ISO 14000?

Se traduce en el conjunto de lineamientos internacionales que indican las responsabilidades de las empresas para con el medio ambiente. Dichas normativas permiten a las empresas lograr los siguientes objetivos: 

  • Evaluar qué tan profundo es el impacto en el ambiente considerando las operaciones que efectúa la empresa. Asimismo, si los productos o servicios brindados son altamente contaminantes. 
  • Encontrar las soluciones a estos problemas de contaminación. Es decir, que la misma empresa puedan reducir el impacto que esta produce en el medio ambiente. 
  • Establecer proceso que permitan la mejora continua en la disminución de factores contaminantes. 
  • Cumplir en todo momento con las normativas de protección al ambiente. 
  • Lograr que las operaciones empresariales sean sostenibles. 

Por su parte, la normativa más empleada dentro de este conjunto de lineamientos es la regla 14001, que detalla los criterios de un sistema de gestión ambiental o SGA. Cabe mencionar que, la ISO 14001 es el único elemento dentro de este conjunto del que se puede obtener una certificación.

Esto es debido a diferentes rezones, pero la principal es que, dentro de las ISO 14000, el resto de las reglas se centran en tareas específicas. Es decir, no especifican una serie de cambios para que las empresas logren objetivos estratégicos. En cambio, sirven como instrucciones para abordar ciertos procesos. Por ejemplo, cómo efectuar una auditoría de forma adecuada. 

Si seguimos el sentido común, una institución no debería merecer un reconocimiento por saber hacer una auditoría, o el análisis de un ciclo de vida. Pero, si puede ser recompensado cuando este reduce el impacto ambiental, mejora la eficiencia en sus procesos, reduce la emisión de desechos, entre otros objetivos.